miércoles, 25 de julio de 2007

Pintura

Dibujame el cuerpo.
Convertí tus manos en lápices certeros
que marquen contornos delineados,
que tracen cada hueco, cada curva
que pinten cada superficie.
Luego, quedaré por tus manos, dibujada.
A menos que
me borres.

viernes, 20 de julio de 2007

Para bien o para mal

_Voy a trabajar_ anunció ella, a modo informativo, mientras lavaba la vajilla.
_ ¿Vos trabajar? Si no sabés hacer nada, siempre fuiste una inútil_ contestó él.
Entonces ella, aferrando con fuerza el plato que en ese preciso instante enjabonaba, giró enérgicamente y su brazo acompañó el movimiento, describiendo una curva perfecta, lanzando el plato con tal determinación que fué a dar justo donde calculaba: en la pared, a cinco centímetros de la cara de él, que ya comenzaba a sangrar, efecto de una esquirla vengadora.
_¡Imbécil!_ sentenció ella, sonriendo socarronamente_ conseguí trabajo de lanzacuchillos en un circo
Para bien o para mal, esa fué la última vez que lo vió.


viernes, 13 de julio de 2007

Babe (Carta a mi abuela)

Hace catorce años que te fuiste. Durante un tiempo te idolatré, ya no; ahora te acepto como una mujer que tuvo sus aciertos y sus fallas, pero increíble siempre.
Te extraño, necesito más que nunca tu mano gastada sobre mi mejilla. No sé si me hubieras entendido hoy, de haber estado aquí. Quizás mi actitud te hubiera parecido absurda. Tuvimos vidas diferentes, pero de vos me quedó tu capacidad inacabable de volver a empezar, una y otra vez, las veces que hagan falta. Será por eso que te escribo.
Quisiera tenerte aquí para preguntarte cómo se hace eso de estar comenzando de nuevo, a pesar de venir caminando hace tanto. Aunque mi vida no sea comparable a la que viviste, es esa actitud la que hace que te admire. Fuiste la Juana más grande que conocí.
Te disfruté, por cierto. Y como sabía que te ibas de a poco, te dí, deliberadamente, todos los besos y abrazos que quise.
Sin embargo, hoy quisiera preguntarte cómo se hace el arroz con leche o el strudel de manzanas que solo vos hacías; cómo se teje al crochet, cuál es la mejor manera de hacer el ruedo de un pantalón y cómo se sigue, volviendo a empezar.
Hoy desearía ser una niña otra vez, y acurrucarme en tu regazo. Sentir tu mano gastada sobre mi mejilla y tu olor a la historia de mi pueblo, condensada. Como un arrullo, como un consuelo.

lunes, 9 de julio de 2007


Cuando todo a mi alrededor se desmorona,
sólo me sostienen
la médula de mi silencio
y la columna vertebral de mis palabras



sábado, 7 de julio de 2007

Instante

Podría, de repente, quedarme sin nada para decir. De hecho, me ha ocurrido varias veces.
Podría pasar que mis labios no pudiesen pronunciar una sílaba, que mis cuerdas vocales sólo vibrasen sin sonido, que mi mano no pudiera dibujar más letras.
Podría ocurrir que solo mis ojos se expresaran. Si eso llegara a pasar en este preciso instante, ellos hablarían y todo lo que no puedo decir se condensaría en cada gramo de sal mis lágrimas.

miércoles, 4 de julio de 2007

Me sucede a menudo

lunes, 2 de julio de 2007

Vano

Desde el primer instante en que la ví, deseé tenerla desnuda en una cama. Cuando esto ocurrió, incluso cuando se repitió por segunda vez, mi cuerpo no respondió a mi deseo y no hubo forma de revertirlo, afortunadamente hasta la tercer oportunidad. Creo que ella era irreal, o en realidad, yo estaba inmerso en un mundo demasiado ficticio sin horarios ni parámetros convencionales, y de ese modo, la ilusoria parecía ser ella.
No me cansaba de decirle que era preciosa; no la dejaba hablar, la besaba como si escondiese un secreto en su boca que yo tuviese que develar. Nunca encontré nada misterioso, en realidad ella era transparente, el que quedaba siempre oculto era yo. Me expresaba todos sus sentimientos y yo callaba. Contraria y paradójicamente, cuando nos lanzamos a la lucha en aquella cama, yo la vestí de palabras y ella era la reina de los silencios.
Cuando estaba con ella me sentía como el raptor de una adolescente de diecisiete años, emanaba una pureza que hacía que yo la viese de esa forma, aunque su imagen exterior mostrara a una mujer lejana ya a esa etapa.
Comencé a despedirme lentamente a partir del día en que la ví llorar. La lentitud del proceso y la forma en que me fuí alejando de ella, gradualmente, pudo haber sido premeditado de mi parte y seguramente debe haberle parecido con alevosía.
Ella intentó volver un par de veces hasta que no volvió más.
No hizo más que mostrarme mis carencias.

domingo, 1 de julio de 2007

Cuestión de medida

_Buen día!
_Buen día señorita. ¿Qué desea?
_ Estoy buscando un medidor de amor
_ ¿Un qué?
_ Un medidor de amor, señor. Como esos medidores que se utilizan para cocinar, esos que son como jarros con diferentes medidas impresas, en gramos, mililitros, centímetros cúbicos. Igual, pero que mida el amor. ¿Sabe qué pasa? Nunca encuentro la proporción justa. Cuando uso una cantidad muy grande, la preparación queda hecha un masacote imposible de digerir, con sabores tan fuertes que alteran la degustación. Y conociendo mi tendencia a la exageración, si utilizo una medida pequeña, el resultado es una cosa insulsa, con poco atractivo, en la que no se perciben siquiera olores.
Por eso, necesito el medidor.
_ Ah! Sí, entiendo. Ya vino mucha gente buscándolo, hombres y mujeres. Se lo encargué al proveedor. Él ni siquiera sabe si lo han fabricado o si ya ha sido lanzado al mercado.
Si quiere, pase la semana que viene y le digo si tengo alguna novedad.
_ Bueno, gracias, hasta luego.
_ Adiós.

(Dedicado a Churra, porque se me ocurrió diez minutos después de despertarme. ¡Y yo que no quería hacer el test!)