sábado, 23 de junio de 2007

Cambio

El año que estuvo viviendo en Tel Aviv, se la pasó descalza. Sin nada en los pies andaba por el campus de la universidad, los departamentos estudiantiles, el supermercado. Hasta en la calle, que ardía bajo los cuarenta y pico de grados de jamsim (viento del desierto). Descalza de aquí para allá. Sobre el pasto, el asfalto, las baldosas de la vereda, las explanadas. Solo en las aulas, durante las clases se calzaba, por respeto y por educación, que no dijeran que era una sudaca.
Todo el año con unas bermudas gigantes y unas remeras donde entraba ella misma, tres veces.
Se pasaba las horas en su habitación, leyendo como una frenética. Se devoraba una caja de Zucaritas Kellog's por día. Quince kilos más era un saldo que no la preocupaba.
Todo un año riendo. La risa era el objetivo final de todo y los medios para despertarla aparecían con cualquier pretexto.
Todo el día escuchaba música. Era hasta bizarro a veces, escuchar en el walkman, por ejemplo, a Teresa Parodi, cantando "Apurate José", por las calles de Tel Aviv.

Hoy se pesa todos los días de su vida, no tolera una diferencia de medio kilo demás.
Se viste casi inmediatamente de retirar la sábana de su cuerpo, se pone los zapatos y no se los quita hasta pasadas las once de la noche, así no necesite volver a salir a la calle. Así lleve tacos, el día y la noche transcurren y ella, calzada.
El calor la pone de muy mal humor, más de 30 grados le alteran el día.
Ninguna de sus prendas puede lucir un talle siquiera más grande que su cuerpo.
Le cuesta reírse, a veces hasta le duele un poco. Sólo ciertos y selectivos motivos le provocan risa, de esa que estalla y resuena.
Pero sigue escuchando cualquier música, en todos lados.

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20 comentarios:

Carlos Paredes Leví dijo...

Los cambios, por sí mismos, no son malos y constituyen una manera de sobrevivir a golpe de reinventarnos.

Yo,en Tel Aviv a lo más que pude andar, fue con sandalias así que imagino que Teresa debió acabar con las plantas de los pies endurecidas como neumáticos.

Letra dijo...

Bastante endurecidas! Andaba corriendo a las sombras para aliviar sus pies, pero insitía con la "descalcés"

Anónimo dijo...

Vivimos casi siempre como quiere la vida, y según en qué sitio es de una forma u otra. Las costumbres son mudables; los gustos, las aficiones, no.
Hoy me has hecho aprender otra palabra: remera.
Así no había oído nunca nombrar camiseta. Si me permites, apunto otras, que a lo mejor interesan a alguien, que por aquí hay amantes del lenguaje: capisayo,cotona,elástica,franela, maillot, niqui, playera, polera, pulover.
Es grande el castellano, sí.
Un abrazo.

Churra dijo...

Venga , voy con Martinez...que me gusta ese castellano que te gastas.
Mi padre diria que estuvo unos años "desarrapá".

(...lo demas , estoy trabajando hoy domingo dominguete y no para muchas vainas prto oigo musica por todos los lados . Le das un beso )
Para ti mas .

gemmacan dijo...

Yo soy mucho más feliz descalza. Igual un cambio de esa índole, también me borraba la sonrisa.
¿No podría olvidarse los zapatos, por muy lejos que esté de Tel Aviv?

Un besazo, letra!

el nombre... dijo...

sospecho que hay algo más que un cambio en la geografía, y me pregunto, cuál será ese misterio que haga que nos reinventemos, que mutemos de esa manera!!!
Nietzche decía que la geografía influía sobre el carácter de las personas.... Pero con eso no basta!
Habrá dejado un amor en tel aviv? Qué cosas, en este nuevo lugar la tienen tan amarrada?
Me entristeció este relato. Será que tengo que ir a tel aviv yo?
un beso enorme

Anónimo dijo...

¿Y qué la hizo cambiar? ¿Un recalentamiento cerebral que desde los pies llegó a la azotea?.

Anónimo dijo...

Cambio por dolor? Porque yo creo que esto es lo único que hace cambiar al ser humano...

Letra dijo...

MARTINEZ: gracias por el aporte. Un abrazo
CHURRA: recibidos tus besos por ambas. Otros para vos.
INDIA: no puede, siente que no tiene los pies sobre la tierra, contradictorio no?
EL NOMBRE Y FORTU: olvidé un dato mayor. Entre un pàrrafo y otro, pasaron 18 años, he ahí la razón del cambio. "En el cambio està la evolución" dice Chambao
HECTO MANN: identifìquese! Con quién tengo el gusto de hablar?

ALOMA69 dijo...

No podría concebir la vida sin música.

Interesante relato, como siempre!

Besos!!!

Margot dijo...

Yo sigo escuchando música aun cuando no suena, me quito los zapatos hasta en los parques y los kilos siguen sin preocuparme, claro, soy ínfima... jajaja. Pero sí, la risa me cuesta un poco más...

La frase del mes, la mía: algo se gana, algo se pierde...

Un besote de letras a pinceladas!

Mandarina azul dijo...

La historia que nos cuentas nos hace, inevitablemente, preguntarnos por el porqué. Cada persona tenemos el nuestro. Incluso en situaciones idénticas nuestro porqué sería distinto.

Un besazo, letra. :)

(La canción, preciosa).

Anónimo dijo...

Nací como Chaim Mandelbaum en Stanislav (Polonia) pero marché hacia Argentina siendo muy pequeño. Más tarde, recalé en Estados Unidos.
Hasta este blog me acerqué tras espiar la dirección en una agenda de tapas azules que Carlos Paredes Leví guarda en el primer cajón de su escritorio.
Si quiere saber más de mí, Letra de Mujer, tendrá que leerse "El libro de las ilusiones", de Paul Auster o ponerse en contacto con mi buen amigo Carlos.
Un saludo.

Anónimo dijo...

los traumas queman

Arcángel Mirón dijo...

Somos lo que vemos. Demasiado, tal vez.

Dolina dice que lo único libre de simulacro es la música.
Bueno, vos lo acabás de decir también :)

Anónimo dijo...

Amar: cambiar de casa el alma.Cambiar de horizontes, cambiar de método de vida y de atmósfera, es provechoso a la salud y a la inteligencia..
Mil besotes.

Letra dijo...

ALOMA: yo tampoco, somos varios
MARGOT: tu frase del mes la aplicarè más seguido, soy muy inconformista.
MANDARINA: qué bueno que los porqués cambien no?
HECTOR: cómo es eso de andar husmeando en cajones ajenos! (entre nosotros, què màs guarda allí, cuente cuente, shhhhh)
MARI: a veces, otras cicatrizan bien.
ARCANGEL: amo a Dolina, aún después de su ¿cirugía?
ITOITZ: siempre concluyendo perfectamente todo. Gracias por tus besotes. Otros para vos.

Anónimo dijo...

Algo que se me ocurrió un día caminando por la calle y que tiene bastante que ver con Los Lineales:
"sólo los tarados son emocionalmente constantes". Ni siquiera es cierto.

Letra dijo...

se puede ser tarado y emocionalmente constante, tarado y emocionalmente inconstante, tarado y emocionalmente nulo y tarado y emocionalmente exagerado. O quizás más combinaciones también.

botas de agua dijo...

imagino que no eres tú... bonito relato. yo no puedo ir demasiado rato descalza porque los cantos de sillas y mesas me atraen como imanes y me machaco los dedos de los pies... y cómo duele.