miércoles, 20 de junio de 2007

Pagar

Ella tenía lo que muchos solemos llamar "una vida común": trabajo convencional, horario de oficina, amigos, familiares, salidas, vacaciones.
En cada oportunidad que se le presentaba, ella seducía a cualquier hombre que se sumara a su juego, y lo llevaba a la cama. Luego de la entrega, se vestía rápidamente, y con una expresión burlona, le cobraba.
Todos la miraban perplejos.
_En la vida todo tiene un precio, bombón. Un momento agradable conmigo, también_ les decía a todos y cada uno.
Todos terminaban pagando, ante la fuerza de su argumento.
Era un plan que había urdido, pretendiendo borrar las huellas que un hombre le había dejado grabadas hacía años. Creía que eso sucedería si imprimía en su cuerpo miles de rastros de otros hombres.
No lo disfrutaba ni lo padecía, era una estrategia, y les cobraba como si aquel gesto fuese una suerte de venganza privada al género masculino en su totalidad, por culpa y dolo de uno en particular.
El problema se suscitaba con las marcas que habían quedado por debajo del límite de su piel, esas que nadie ve, pero están.
Ella guardaba una tímida esperanza que algún día llegara alguien que traspasara esa barrera para borrar aquellas marcas internas.
Sabía que el día que esa persona llegase, quizás fuese ella quien debiese pagar.

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20 comentarios:

A. J. Zaragoza. dijo...

Mi primera visita a tu blog y encima primer, me siento casi abrumado :)

Respecto al texto, a veces, para olvidar también se debe querer olvidar. Y esperar que alguién descubra nuestras heridas más profundas casi por azar, quizá es esperar demasiado, o quizá no, pero es difícil.

Además la venganza es cruel (para ella pagamos todos), y ella también podía hacer sufrir a alguién, y a la vez impedía con su actitud que alguién quisiera mirar un poco más allá.

Pero el texto me ha encantado, que cosnte :)

Saludos.

Cromatica dijo...

En resumen no nos sirve escudarnos para protegernos porque alguien ha de darnos su abrazo con esa intencion para luego dejarnos descubiertos.

Excelente este post!

beso

Carlos Paredes Leví dijo...

Herida en su afecto no correspondido por aquél que la hirió, sólo se hace daño a sí misma, remarcando los surcos de viejas huellas cotidianas.
Me gustó mucho. un saludo.

ALOMA69 dijo...

Ostras, menuda historia, me ha encantado, debería dearrollarse más y convertirla en una de esas pelis que me gustan a mi.

Por cierto, ayer también colgué un mini-relato que va de cobrar/pagar por sexo, se ve que el tema está en el aire!

Besos!!!

Mae dijo...

a veces las heridas que nos produce el amor son tan grandes que nos hace desangrarnos de dignidad.
Besos.

gemmacan dijo...

Iba a decir algo muy parecido a lo que Mae apunta arriba. Es curioso como el orgullo queda reducido a cenizas tras un desamor (en algunos casos, claro)
El autoengaño es una de las situaciones más peligrosas de la vida.
Un beso, Letra!

Dátil dijo...

Además de verdad Letra. Suscribo lo de IndiaNing, el autoengaño es una de las situaciones más peligrosas de la vida misma. Qué horror no?

Un placer leerte Letra (mía).

Besos. ;)

Anónimo dijo...

Las heridas, el tiempo, la abstracción y una buena compañía las borran de la piel...

Anónimo dijo...

Dicen que la venganza es un placer de dioses. A mí no me gustan los dioses ni las venganzas. En todo caso ¿ hasta dónde salpicaría la culpa de uno solo, a la entera humanidad? ¿Y hasta cuando?
Y el dinero ¿lo rompía?. Venganza y humillación.

Letra dijo...

ANTONIO: en breve te visito. Un saludo
CROMÀTICA: còmo va Costa Rica?? Gracias por pasar desde allì tambièn.
CARLOS: conclusiòn atinada. Otro saludo.
ALOMA: estamos varias en este tema, que es muy controvertido. En instantes paso a tu casa.
MAE: desangrarnos de dignidad, me gustò mucho eso!
INDIA: hasta donde un ser humano se ciega en ocasiones, que se vuelve capaz de engañarse a sí mismo. Un beso
COBLENZA: si, como le dije a India, peligrosìsimo hasta dónde se llega.
Besos!
ITOITZ: sòlo hay que tener paciencia. Un abrazao
MARTINEZ: en el fondo es una pobre mina, yo solo quería contarla. El dolor se presenta en mùltiples formas. Gracias por venir.

el nombre... dijo...

"No lo disfrutaba ni lo padecía": esta frase fue muy fuerte, al menos para mí, en el relato.
El tema de la venganza, como una de las pasiones del alma, es complejo. Y a esta mujer, la impulsaba a "hacer", en lugar de dejar brotar la angustia. Ya sé! No me digas apareció el psicoanálisis!!! De verdad creo que la historia esta más que bien lograda. Y es precisamente por lo que dije antes: la mayoría de nosotros, llevamos adelante empresas (como la venganza, los celos, la ira), para taponar esa angustia terrible que supone, en este caso, un desengaño (o engaño, mejor dicho), amoroso. Precisamente por esto es que lo escrito ( y el cómo lo hiciste) es GENIAL!!!
Mis respetos

30سيلفيا دي ماس dijo...

clap clap me gusto!!!!!
y la cancion una belleza , encantada no puedo agragar mas, simplemente decir que regreso y me gusta cada vez mas lo que leo

MentesSueltas dijo...

Me impactó, estos temas tratamos de evitarlos, pero no podemos olvidarlos... ,me gustó.

MentesSueltas

Margot dijo...

Ajá, sí, tenemos formar extrañas de actuar, de curarnos o enfangarnos más...

Me gustó! y este beso te gustará a vos, va con fuerza...

Gwynette dijo...

Que tristeza la última frase!..creo que cada vez lo tiene más difícil, -aunque no es imposible-
Tengo la vaga impresión de que ella aún no lo sabe, pero ya está destruida :-(

Apapachos de alcachofa

Juan de la Cruz Olariaga dijo...

Lindo relato, pobre mujer, realmente pobre, "quizás fuese ella quién debiese pagar", no se daba cuenta de la realidad, tenía trastocados los valores, ya había pagado, y había pagado con el equilibrio de su estabilidad emocional. Pobre mujer aunque cobrara, siempre estaba pagando, como si con el afán de venganza, solo lograba ahondar mucho mas su herida. Lindo, para pensar no ?. Tres besos y jazmines.

Anónimo dijo...

Ese “ella” que haces tuyo…que siento tantas veces tuyo y que… (de verdad que no nos conocemos)…me hace preguntarme muchas veces, cuando me pierdo por la ciudad, si alguna de esas personas anónimas encierra ese “ella-tu” nada común…nada convencional que sonríe bajo una mirada triste.

¿Será esa esperanza de que algún día las marcas internas se borren?
¿Será sentir que las heridas no saben marcharse?

Seguiré mirando entre los alguienes…quien sabe.

Un beso.

el nombre... dijo...

LETRAS: en el guante que ya comentaste, dejé una propuesta...
un beso

Arcángel Mirón dijo...

Es que no funcionan esas cosas.. siempre sale el tiro por la culata.

Anónimo dijo...

Qué difícil es que alguien borre esas marcas intentas y, sin darse cuenta, las nuevas se le acumulan. Besitos.